En esta excursión se cruzará el Parque Nacional de Garajonay. Este fue nombrado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1986 y toma su nombre del alto de Garajonay, el punto más alto de la isla con 1487 metros. Sus 3984 hectáreas están cubiertas de rocas, barrancos y diversas plantas. Lo que lo hace único es la «laurisilva», un bosque nacido en la era Terciaria, con sus torturadas formas de troncos y ramas. Paso por los pueblos típicos Hermigua y Agulo. Los dos municipios formaban en el pasado un territorio aborigen conocido como Mulagua. Después de la conquista, se cultivó la caña de azúcar y se construyó un importante puerto para transportarla. Hermigua, interesante por su bosque del Cedro, está situado en el norte de la isla en el valle con la mayor riqueza de agua de La Gomera. Agulo, anclado en un anfiteatro rocoso frente al mar, está formado por las aldeas de El Charco, Las Casas y La Montañeta y presenta ejemplos típicos de la arquitectura local. A lo largo del día, parada para disfrutar en un restaurante de un refresco y asistir a una demostración de la lengua silbada o «Silbo», la lengua ancestral de los habitantes de la isla.
OBSERVACIONES
- Se recomienda calzado cómodo.
- El orden de las visitas está sujeto a modificaciones.
- Los horarios son orientativos.
En esta excursión se cruzará el Parque Nacional de Garajonay. Este fue nombrado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1986 y toma su nombre del alto de Garajonay, el punto más alto de la isla con 1487 metros. Sus 3984 hectáreas están cubiertas de rocas, barrancos y diversas plantas. Lo que lo hace único es la «laurisilva», un bosque nacido en la era Terciaria, con sus torturadas formas de troncos y ramas. Paso por los pueblos típicos Hermigua y Agulo. Los dos municipios formaban en el pasado un territorio aborigen conocido como Mulagua. Después de la conquista, se cultivó la caña de azúcar y se construyó un importante puerto para transportarla. Hermigua, interesante por su bosque del Cedro, está situado en el norte de la isla en el valle con la mayor riqueza de agua de La Gomera. Agulo, anclado en un anfiteatro rocoso frente al mar, está formado por las aldeas de El Charco, Las Casas y La Montañeta y presenta ejemplos típicos de la arquitectura local. A lo largo del día, parada para disfrutar en un restaurante de un refresco y asistir a una demostración de la lengua silbada o «Silbo», la lengua ancestral de los habitantes de la isla.
OBSERVACIONES
- Se recomienda calzado cómodo.
- El orden de las visitas está sujeto a modificaciones.
- Los horarios son orientativos.
Cruceros
Esta excursión está propuesta en varios cruceros
Crucero en el archipiélago de las Canarias, el dulzor de una eterna primavera
TENERIFE - LA PALMA - LA GOMERA - GRAN CANARIA - FUERTEVENITURA - LANZAROTE
Un magnífico itinerario que llevará a los viajeros a descubrir 6 islas del archipiélago mientras disfrutan de un clima especialmente suave. Se descubrirán los fuertes contrastes que hacen que cada una de las islas sea única. En Tenerife y Gran Canaria, los jardines de flores transportan a los viajeros a una dimensión fresca y fragante. La Gomera y La Palma ofrecen una exuberante vegetación similar a la de una selva tropical: un verdadero remanso de paz. Por último, en Lanzarote, los escarpados e imponentes acantilados grises no tienen rival y dan una impresión de vertiginosa inmensidad e infinita belleza. Las grandes planicies de Fuerteventura, la primera isla del archipiélago que emergió de las profundidades del océano, son características de un paisaje único en Europa. No hay que perderse: el Parque de Timanfaya, «Montañas de Fuego», un impresionante mar de lava que convierte el paisaje en lunar.
Crucero en el archipiélago de las Canarias, el dulzor de una eterna primavera (puerto-puerto)
LANZAROTE - FUERTEVENTURA - GRAN CANARIA - LA GOMERA - LA PALMA - TENERIFE
Un magnífico itinerario que llevará a los viajeros a descubrir 6 islas del archipiélago mientras disfrutan de un clima especialmente suave. Se descubrirán los fuertes contrastes que hacen que cada una de las islas sea única. En Tenerife y Gran Canaria, los jardines de flores transportan a los viajeros a una dimensión fresca y fragante. La Gomera y La Palma ofrecen una exuberante vegetación similar a la de una selva tropical: un verdadero remanso de paz. Por último, en Lanzarote, los escarpados e imponentes acantilados grises no tienen rival y dan una impresión de vertiginosa inmensidad e infinita belleza. Las grandes planicies de Fuerteventura, la primera isla del archipiélago que emergió de las profundidades del océano, son características de un paisaje único en Europa. No hay que perderse: el Parque de Timanfaya, «Montañas de Fuego», un impresionante mar de lava que convierte el paisaje en lunar.